Después que hace un par de semanas me llenara la boca con palabras o mejor dicho “llenara mis dedos con palabras” como "Me tomé el hereje y vuelve mejor que nunca" o "mis compañeros herejeditores eran flojos". Me di cuenta que estaba cayendo en lo mismo, y pensé, de que sirvió haber dicho todas esas cosas si no estaba cumpliendo? de que sirve tener un blog que por muy bonito que se vea no se actualiza?. Le podría echar la culpa al poco tiempo que últimamente tengo, o al no saber en que enfocar las historias del ahora “mi blog”; pero como la excusa agrava la falta, decidí seguir en la misma línea que tenía este.
Así que me lanzo….veamos que resulta de esto.
Me he dado cuenta que desde que comenzó el recontraultranombrado y criticado Transantiago, tomo el metro más que antes. Y es simplemente por la costumbre chilensis de querer irse a la segura. No voy a decir que el metro está colapsado (que de echo lo acabo de decir) porque pa eso mejor vean las noticias.
Y como es obvio, con los cambios vienen cambios (aunque suene tonto) la gente ha tenido que adecuarse a este nuevo sistema y soportar las aglomeraciones y hacer diferentes peripecias para poder subirse a algún vagón.
Una vez dentro y bien apretaito te das cuenta de que hasta nuestras posturas han cambiado, por lo menos yo, trato de viajar siempre con las manos visibles ante los ojos de las féminas, para de esta forma evitarme malos ratos porque que la vieja del lado reclama que le tocaron el poto.
Y observo como la gente trata de soportar el viaje hasta su destino de distintas formas. Están los que yo he denominado “los caballos” porque duermen parados, también están los que con un poco de música hacen más grato su viaje, pero están los que le cantan su música al resto que no queremos saber lo mal que canta!!. Además se ven muchos “políticos” porque hablan mucho y dicen poco….-No pos hombre, en Europa no se ven estas cosas, por que las cosas son distintas allá- que gran discurso!!!; y en cada estación se ven los “Bruce Willis” que esperan hasta que las puertas se estén cerrando pa tirarse corriendo antes de que los apreten.
Siempre se ven y se escuchan muchas cosas que me sorprenden, como ese conductor de metro que no podía cerrar las puertas, y el con su voz radial dice “Le pedimos por favor a la persona que va en el penúltimo vagón, que saque su paquete de la puerta para hacer efectivo el cierre de estas” y uno como tiene la mente sucia piensa cualquier cosa po!!!
Hoy en día sigo viajando en metro, a pesar de las aglomeraciones, a pesar del calor insoportable y el olor insoportable, ya que esta más que claro que es el medio de transporte más rápido, y gracias a eso me concede unos 20 minutos más de sueño en mi cama, y 10 minutos más cuando de la casa al trabajo me convierto en un “caballo”
Chelo
